-Pachín, pachín, pachín cuidadito con lo que hacéis…
-…Pachín, pachín, pachín a los patitos no piséis.
-Muy bien Inés.-Nos reímos las dos juntas.
-¡Os podéis callar!-La noche anterior nevó y nos quedemos
encerradas en la casa de campo hasta que descampase; todavía había nieve en el
suelo y una gran niebla pero mi hermana tenía que trabajar así que era
necesario salir.
Y de repente una rueda del coche calló, la respiración se me
cortó, agarre la mano muy fuerte a mi sobrina y puse mis ojos en mi hermana.
-¿Qué esta pasando?
-No se, coje tu móvil y avisa al 112.
Pero note como el coche se iba desprendiendo de la tierra, y
en el preciso momento en el que se cayó el mundo se paro y alguien o algo abrió
mi puerta y puede escapar.
-Ineeeeeees. Lusianaaaaaaaaaaaa. Pero nadie contesto. Ni
siquiera yo, Luciana.
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